Ignacio Franzoni, Senior Solutions Engineer de Netskope Iberia 

Con la mayoría de las organizaciones operando ya con relativa normalidad, el trabajo híbrido avanza como un modelo operacional ideal. Y no solo para los empleados, al permitirles realizar su trabajo desde cualquier lugar y dispositivo, sino también para los directivos, quienes pueden utilizarlo como reclamo para retener y atraer talento.  

No hay duda de que el trabajo híbrido crece en importancia. Sin embargo, y pese a los beneficios y ventajas competitivas que proporciona, implementar las capacidades necesarias para conseguirlo no es tan sencillo. Es más, muchas organizaciones reconocen importantes limitaciones arquitectónicas y tecnológicas que les impiden aprovechar todo su potencial. 

Y es que, a pesar de la acelerada transformación digital realizada por muchas compañías para favorecer el teletrabajo durante la pandemia, una gran parte de estas empresas aún dependen de un mosaico de dispositivos de seguridad de varios proveedores, así como de VPNs y túneles MPLS que generan una experiencia de usuario pésima y una notable latencia en la red. Para mejorar en este terreno, algunos departamentos de TI recurren a los túneles divididos y a soluciones de acceso directo a Internet, que, por desgracia, se han demostrado insuficientes.  

Además, sin una base subyacente de seguridad basada en confianza cero, las compañías están perdiendo la visibilidad clave, así como el control para la gestión de datos, amenazas y riesgos. Tampoco ayuda el hecho de que una organización media utilice 2.415 aplicaciones en la nube. Y con la predicción de Gartner de que el 70% de todas las cargas de trabajo corporativas se desplegarán en servicios de infraestructura y plataformas en la nube para 2023, se entiende cómo todas estas deficiencias combinadas suponen un potencial de riesgos mucho mayor para el negocio. 

Por último, no hay que olvidar la problemática entre rendimiento y seguridad. Mientras desde el departamento de red no se quiere sacrificar el rendimiento de la red y la experiencia del usuario, desde el de seguridad se antepone la visibilidad y la protección a cualquier otro aspecto. Huelga decir que esta confrontación dificulta la implementación exitosa del trabajo híbrido, por lo que ambas visiones deben agruparse cuanto antes.  

Una solución SASE  

Cuando se observa más de cerca los elementos imprescindibles para los departamentos de redes y de seguridad, se aprecian ideas para mejorar el funcionamiento de la nube y de la movilidad a través de la transformación de cómo se diseñan las redes y se aplica la seguridad. 

Esta es la razón de "por qué SASE" (marco dado a conocer por primera vez por Gartner en 2019) describe una arquitectura basada en la nube que ofrece servicios de red y seguridad destinados a proteger a los usuarios, las aplicaciones y los datos de un modo más simple y eficiente que las generaciones anteriores de tecnología de seguridad o de redes. 

Como parte de esta arquitectura, Security Service Edge (servicio de seguridad en el borde o SSE) engloba un conjunto unificado de capacidades -para la parte de "seguridad" de SASE- claves para ayudar a resolver los problemas de riesgo, privacidad y visibilidad. Entre dichas funcionalidades destacan: cloud access security broker (CASB), secure web gateway (SWG), zero trust netwotk access (ZTNA), firewall-as-a-service (FWaaS), data loss prevention (DLP) y remote browser isolation (RBI). Otras capacidades de protección de datos y frente a amenazas potenciadas por machine learning o aprendizaje automático pueden ayudar también a supervisar continuamente los datos sensibles, independientemente del lugar desde el que trabaje el usuario. 

Desde el punto de vista de la red, SSE está acoplado a la parte de "red" de SASE, también conocida como WAN Edge o descrita en términos de la tecnología SD-WAN. Gracias a ello se suman capacidades de seguridad a un mejor acceso a los recursos de Internet a través de una infraestructura optimizada para baja latencia, alta capacidad y alta disponibilidad.  

A la vista de estas ventajas, el trabajo híbrido no parece una meta tan lejana. SASE, facilitará que las empresas consigan transformar mejor sus estrategias en este sentido para que sean sostenibles, seguras y rentables.